miércoles, 19 de octubre de 2011

DEL JUEGO DE LA VIDA, CARBONO 14 Y OTRAS MAJESTADES






Recientemente adquirí un ajedrez de madera cuyas piezas móviles están talladas delicadamente con figuritas de Incas; éstas incluyen dos reinas muy ataviadas y llamas en vez de caballos. Sus oponentes son… ¡Oh sorpresa! los españoles conquistadores, con sus espadas y escudos.

No me pregunten cual de los dos bandos son las blancas, porque no tengo ni la menor idea. Supongo que dependerá de la cosmovisión de justicia del dueño del juego. Los que me conocen sabrán que en mi tablero las blancas son… los indígenas (clichè).

El caso es que hace poco, me dio por sacar de su funda el juego y armar mis soldaditos en una mesa para que permanecieran allí preparados para la batalla; pero por razones de diseño y manufactura, tanto de la mesa (salió coja) como de los móviles del ajedrez (salieron cojos), éstos últimos son incapaces de mantenerse en pie ante el leve movimiento del mueble. Es por eso que cuando llego a mi casa en las tardes después del trabajo, encuentro en el campo de batalla (tablero), discontinuos soldaditos caídos y un desorden insufrible de resarcir por quién haya sido culpable de tamaño terremoto. Como la goma aún no se me quita << ¿Así como cuando uno estrena juguete? así, así>> lo primero que hago en cuanto descargo el morral, es ordenar cuidadosamente a mis pequeños guerreros en su sitio.

Cerca del puesto de artesanías donde adquirí el juego, en Aguas Calientes, pueblo ubicado en la provincia de Urubamba, Perú; se encuentra el complejo arqueológico de Machu Picchu. Recientemente cumplió 100 años de ser redescubierto por el profesor estadounidense Hiram Bingham quién reconoció la importancia de las ruinas, despejó la maleza y excavó tumbas Incas en los extramuros de la ciudad. El material arqueológico excavado, que consta de 46.332 piezas, salió irregularmente del país hacia la Universidad de Yale y recién en marzo de 2011 comenzaron a ser devueltas al Perú. Estas piezas están datadas entre los siglos XV y XVI.

La datación de fragmentos de cerámica, vestigios, entierros, trozos de madera, tejidos, restos humanos, entre otros, es realizada con diferentes métodos científicos. El más popular entre los populares es, su 'Majestad el Carbono 14' o también conocido por su nombre de pila como, datación por radiocarbono. Con este famosísimo método se ha fechado desde tejidos ancestrales hasta fósiles de animales, huesos de homínidos y sus “parientes”, arrojando fechas de miles de millones de años. <<Parientes de los primates científicos, porque familia mía no son. >> Otro método que utiliza la geocronología es el denominado potasio-argón.

Queridos ciudadanos de Apologetarum, resulta interesante o ¿Debiera decir insidioso? Cómo en los colegios, universidades, libros y otras publicaciones, se enseña los diferentes descubrimientos y su posterior datación como algo infalible; pero no señalan las enormes discrepancias entre los geocronologistas y los arqueólogos, por los constantes errores en los resultados recogidos por éstos métodos de datación. Como una mala jugada de ajedrez, una muestra puede ser analizada con CINCO métodos radiométricos diferentes entregando insólitamente, CINCO fechas distintas de origen o muerte dependiendo del caso. ¿Cuál de estas datas será la correcta?

Pero como en una buena novela de drama, los arqueólogos no siempre están contentos con las fechas que reciben para las muestras que envían.

Después de unos 20 años de emplearse estos métodos, en la conferencia de Uppsala, Suecia, en 1969 uno de ellos se expresó así: "Si una fecha obtenida mediante el carbono 14 apoya nuestras teorías, la ponemos en el cuerpo del texto. Si no la contradice enteramente, la ponemos a pie de página. Y si es completamente 'inoportuna', la abandonamos".

Qué convenientes ¿No les parece?

Recientemente uno escribío acerca de una fecha de radiocarbono que supuestamente marcaba el tiempo en que principió la domesticación de animales: "Los arqueólogos están comenzando a dudar de la utilidad inmediata que tengan edades obtenidas mediante radiocarbono simplemente por salir de laboratorios científicos. Mientras más confusión haya con relación a qué método, qué laboratorio, qué período de semidesintegración y qué calibración merece más confianza, menos obligados nos sentiremos nosotros los arqueólogos a aceptar, sin dudar, cualquier 'fecha' que se nos ofrezca".

Queridos habitantes de Ciudad Real, si los científicos discrepan tan claramente acerca de la validez de estas fechas que se remontan a la antigüedad del hombre, ¿No sería comprensible que la persona profana (O sea Usted y yo) sea escéptica con relación a las noticias basadas en la'
autoridad' científica?

Uno de innumerable ejemplos de falla en el fechado de material salió publicado en The Journal of Geophysical Research, columen 73 del 15 de julio de 1968, informando que rocas de lava que se formaron en 1800 y 1801 en Hawaii fueron fechadas por el método potasio-argón indicando una edad de formación de 160 millones a 3.000 millones de años. Esto muestra una tremenda diferencia entre la edad real y la edad determinada por el método de fechado radiométrico.

Cuando estos métodos de fechado, los mismos que brindan una prueba "positiva" de que la tierra tiene miles de millones de años, son puestos a prueba con materiales cuya fecha de origen es conocida, y fallan, debe impulsarnos a cuestionar honestamente temas serios como la verdadera edad de universo, la teoría de la evolución, las teorias sobre homínidos, la edad de los fósiles y otras tantas, apoyadas profundamente, entre otras, en las dataciones obtenidas con éstos procedimientos.

Tan rápido como se caen mis pequeños guerreros incas y españoles de mi tablero de ajedrez, la misma ciencia conforme avanza, es el sardónico temblor que derriba muchas de las teorías que nos embutieron en una ingesta involuntaria, cuando éramos críos y nuestro raciocinio precoz era reducido a cero por nuestro maestro de turno con delirios de erudito.

No me mal entienda, no estamos en contra de la ciencia. Como ciudadanos de Siglo XXI, nos atañe considerar analítica y objetivamente aquello que en la práctica influenciará el pensamiento frente a lo eterno.

La vida del ser humano podría compararse a un juego en el cual solo hay un jugador; uno mismo. Cada jugada debe buscar obtener una avanzada hacia una verdad que dará pie a otra y así, hasta alcanzar una victoria absoluta. En este juego no hay empates. Se gana o se pierde. Aceptar irreflexivamente supuestos, no es una buena estrategia de juego.

Hay verdades que tienen una ineludible reconciliación con la razón (ciencia) y con la fe; otras, por el contrario son irreconciliables. Pero mientras estas reconciliaciones sean corroboradas por la ciencia, aquí en Ciudad Real estaremos listos para analizarlas y defender nuestra fe.

¡Hasta una próxima oportunidad, ciudadanos y visitantes de Ciudad Real!

Mauricio Serna

Comandante en Jefe de las Puertas de Ciudad Real.

Ciudad Real, 19 de octubre de 2011